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Las palabras se asomaban a su boca, como si de un balcón se tratase. Ellas,
según se acercaban al precipicio de sus labios intentaban escurrirse hacia atrás
entre los dientes. A veces, presas de ese inevitable suicidio, caían en el
abismo del silencio, provocando una melodía que envolvía el ambiente. De vez en
cuando, se revolucionaban en su glotis y creaban sonidos y frases algo
peculiares. Inevitablemente juntas aportaban un sonido especial y, sobre todo,
hacían brotar la voz que a borbotones despertaba sus neuronas.
6 Comments:
Muy bueno..
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Anónimo, at 18 abril, 2006 15:51
A veces lo mejor es dejarlas caer. Tragárselas puede ser sin duda mucho peor ;)
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Isthar, at 18 abril, 2006 18:57
....el una complicidad manifiesta, la del silencio y lo que acompaña.... la oportunidad de no decir nada, y que la otra persona te entienda.... un lujo....
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Unknown, at 18 abril, 2006 22:15
pasara lo mismo con los pedetes...
uyyyy q guarrro!!
pero gracioso a su vez
J*u ju
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Caracolo, at 19 abril, 2006 16:25
.. a mí me pasa eso, pero al escribir y retomar el blog...
arrrgg.. ardua tarea la de fortalecer mis falanges,
mi inspiración caducada...
**
kha, silenciosa
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Kha, at 19 abril, 2006 22:24
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Anónimo, at 15 febrero, 2007 07:53
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