Sillas voladoras
Sentía que su mundo giraba esta vez demasiado deprisa. Que todo giraba como si se tratase de una atracción de feria. Quizá unas sillas voladoras. Describiendo lo más deprisa posbile la espiral con sus cadenas mientras el centro del tiovivo se alejaba cada vez más. Movía la silla por su propia voluntad, intentando regresar al calor del centro. Pero la fuerza (nunca supo si era centrífuga o centrípeta) esta vez era mayor que en otras ocasiones. Pensaba que tal vez algún día parase aquel señor de darle cuerda a su atracción. Mientras tanto se resignaba a permanecer en la silla, agarrado con la mínima fuerza a las cadenas, que al fin y al cabo eran lo único que le aportaba un poco de seguridad en aquella historia.
2 Comments:
Ni se te ocurra bajarte en marcha, tú déjate llevar y disfruta, y cuando acabe la atracción opina, que es larga pero merece la pena. Además, hay algo malo en volver por un momento a la infancia?
By Iván, at 09 abril, 2006 21:22
Hace poco me monté en una noria, en el interior del Palacio de los Deportes de Madrid, en una fiesta mu pija. Fue la repera! ver como se aproximaba el techo, y las pancartas de publicidad demasiado próximas, abajo el señor Urrutia ex Gabinete Caligari intentaba llamar la atención con sus canciones, nada, aquello fue la leche, mezcla de miedo, diversión, ganas de salir caorriendo o de bajar, todo a ,la vez.
Fantástico.
By xnem, at 10 abril, 2006 19:52
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