Para ... tí

Ella era una pequeña presa en un mundo de gigantes. Siempre había sentido que sus sentimientos eran lo que a fin de cuentas la guiarían por el mundo. Sin embargo, nunca se había planteado si eran de un tamaño adecuado. Quizá si se revuelven demasiado se vuelvan revolucionarios - pensaba. Un día alguien la encapsuló, y pretendió mandarla a un sitio reservado solo para algunas personas, un corazón. Precisamente esa persona era la misma a la que ella hasta ese momento había creído amar. Pero al meterla en la botella precisa para su viaje hacia ese corazón sus sentimientos se revolvieron. Y dudaron si ese era su verdadero lugar. Agitada, ella solo podía dar vueltas y vueltas metida dentro de su botella. En el corazón de él, sí. Pero inevitablemente las náuseas que provoca el amor cuando de verdad quieres a alguien estaban surgiendo su efecto. Desorientada, dudaba si quitar el tapón de corcho y salir de ahí, o permanecer hasta que se calmasen las aguas. Pensaba que tarde o temprano algún día, esa botella de cristal podría romperse. Y ese miedo, le impedía disfrutar de todo lo que en ese momento le rodeaba. Mi niña, después de las tormentas, siempre vienen días de sol. Sólo hay que saber esperarlos con la suficiente paciencia. Ya sabes, mientras tanto paraguas para intentar contener las lágrimas a veces irreductibles. Siento estar un poquito lejos de tu hombro estos días. Pero ¿sabes? Por mi cabeza también pasaron hace unos meses tormentas, sin embargo aquí estamos. Un beso wapa... Muak