El Reposacabezas

domingo, enero 20, 2008




El aire sabía a veneno. Después de tanto resquemor consiguió coger una bocanada de aire que le permitiera seguir respirando por unos meses más. Y finalmente se dio cuenta de que había estado haciendo el gilipollas respirando el aliento de quien miraba la vida en horizontal. Entendió que debía hacerse el fuerte. Prevalecer como una prioridad en su constante vaivén mental. Quiso ser ínfimamente minúsculo y conseguir ahogar su existencia en una gota, que no en un vaso de agua. Sintió el suelo abrupto bajo sus pies y se sentó en una moneda y comprobó que aún le seguían colgando las piernas. Vomitó su propia experiencia una y otra vez hasta que le dio un escalofrío en la espalda. Era una mano que le acariciaba suavemente el pelo mientras se acurrucaba en sus piernas. Después de todo, se abrazó a sí mismo con el único consuelo de saber que ya no estaba vivo, ya no dolería más.

Music box: Me siento bien