El Reposacabezas

viernes, noviembre 17, 2006

Ni




Ni el destino está escrito en ninguna parte, ni la verdad tiene solo un camino.
Ni todos los caminos llevan a Roma, ni Roma es ciudad santa.
Ni Santa Marta tiene tren, ni probablemente tenga tranvía.
Ni los tranvías se escapan, ni la vida es tan corta.
Ni corta ni perezosa... La vida sigue.

Music box: Once upon a time, Marlango

sábado, noviembre 11, 2006

Un año...




Hace un año que empecé mi andadura por El Reposacabezas. Muchos cambios, evoluciones inesperadas, sorpresas... Pero sobre todo una compañía muy agradable, que hace que siga por aquí, espero que por mucho tiempo más.

viernes, noviembre 10, 2006

STFU nOOb!




Si un día levantasemos la cabeza sin pensar en tantas tonterías descubriríamos que somos algo más inteligentes de lo que aparentamos ser.

Nunca entendí las ganas de complicarnos la existencia con quebraderos de cabeza y problemas imposibles de resolver.

Quizá nuestros antepasados tuvieron demasiado tiempo libre.

A veces solo es cuestión de levantar la mirada al frente cuando te levantas, pero hay días que pesan más que las horas cuando transcurren.

Y acumulamos segundos inservibles en nuestros diarios mentales.

Y rellenamos huecos que nunca serán rellenables a base de estupideces.

Y creemos sentirnos felices cuando algo se nos vuelve algo más cómodo socialmente.

Y un día de repente a los "taitantos" nos levantamos sin saber qué coño pintamos en este mundo.

Y nos angustia pensar que tal vez un día todo se acabe sin dar previo aviso.

Y en esas temporadas intentamos encontrar felicidades indiscretas en placeres que se resumen en ser capaz de sobrellevarte.

Y quizá mañana no seamos nadie para el resto del planeta. Sería triste sí, pero a veces el mundo se vuelve tonto, se vuelve estúpido, engreído, arrogante... por resumirlo en una palabra: imbécil.

Y nos preocupan cosas tan irrelevantes, que la misma levedad de ellas nos hace vivir angustiados pensando en si el resto se darán cuenta de que no eran más que gilipolleces.

Music box: El último hombre del planeta. Marlango

lunes, noviembre 06, 2006

Casualidades




La casualidad me cogió suavemente la cabeza. Me miraba de frente, con los ojos que solo te mira una persona que te quiere. Me puso las manos en las sienes, y me aproximó a ella cerrando los ojos. Me dio un beso en la frente. Sentí el calor de sus labios en mi piel. Se quedaron marcados por el tacto. Me volvió a separar de ella, me miró a los ojos de nuevo, y me dijo: Cuídate, pequeña.

Reciclaje


Hoy necesito reciclar un post.



Me comería el mundo, pero de momento es tan grande que sólo puedo comerme mi orgullo

viernes, noviembre 03, 2006

Fluir... con la vida







Sophie Thouvenin

Evoluciones inesperadas...




Cuando empecé a tener uso de razón consideraba el amor algo increíblemente mágico. Soñaba con ser princesa algún día, y que un apuesto príncipe me quisiera para siempre. Y probar el sabor de un beso. Y tener muchos hijos y ser plenamente feliz. Quería ser la bella y que el cuento nunca se acabara.

Cuando empecé a tener mariposillas en el estómago viendo a algún compañero de clase no sabía qué me pasaba. Me apetecía dar besos y sentir esas cosas de mayores.

Cuando en la adolescencia me empecé a enamorar perdidamente de chicos totalmente utópicos vi que el mundo real iba más allá de un beso de película. Y cual adolescente aún aniñada lloraba mis angustias y escribía mil poemas empalagosos imposibles de digerir, pero seguía pensando que mi príncipe llegaría.

Cuando empecé a madurar me di cuenta de la inmadurez del género masculino. Y empecé a coquetear con la vida, a sentirme incluso deseada o querida de vez en cuando.

Cuando realmente me enamoré me llevé algún desengaño que otro. Y seguí viendo que me sobraban las formas de princesa.

Y ahora, ni veo príncipes ni princesas. Ni si quiera cuentos. Ahora solo veo que el amor no tiene fases ni caducidades, que cuando se quiere, se quiere de veras y el resto da igual. Que las dudas nunca fueron buenas, ni el orgullo tampoco. Siempre dije que los replanteamientos nunca entrarían en mi vida, igual que dije que nunca me volvería a enamorar a distancia alguna vez.

Y después de 23 años y 5 o 6 amores frustrados no sé que hacer con mi vida. No sé si escribir finales amargos o continuaciones algo menos felices. El sentido de la vida, del amor, de la lealtad, del respeto... a veces se pierden cuando sientes que... nada tiene sentido...