A veces echando la vista atrás uno se da cuenta de cómo se van cerrando las etapas de la vida... De lejos, agazapado tras la puerta de los recuerdos comienza a abrirse el plano horizontal haciendo que se vean distintas perspectivas de lo que un día consideramos lo más importante de nuestra existencia.
Ya nada será como antes...
Hace unos días recordando estupideces de los quince durante una cena no podía parar de reírme pensando en lo imbécil que comenzaba a ser por aquel entonces. Supongo que todo desarrollo acaba desembocando en un producto final del que a día de hoy me sigo sintiendo orgullosa. Tan imbécil e ingenua como siempre... Y más yo que nunca...
Music box: I do - Marlango.
Imagen: Alberto Korda