El Reposacabezas

sábado, septiembre 18, 2010

desde fuera...




Las cosas parecían empezar a tomar forma levemente. Se agrupaban las gotas que un día sintieron el temor de ser esparcidas, formando pequeños remolinos, recordando a una familia de hormigas transportando un pedazo de pan que se precipitó segundos antes.

A día de hoy seguía necesitando vencer por una vez la curiosidad. Y averiguar de una vez por todas qué se escondía detrás de los agujeros que a simple vista habían sido durante este tiempo pequeños orificios por los que entrar, pero de los cuales le estaba resultando excesivamente difícil salir. Sobre todo desde que había decidido sacar tantas cosas fuera que ahora consideraba innecesarias.

Desde dentro todo era muy distinto. Los enjambres, recobecos construidos a base de tierra mojada ya nunca más resultarían un lugar seguro. Quizá por ese miedo al derrumbe había sobrevivido tanto tiempo al abrigo de esa oscuridad en su pequeño pero gran espacio.

Los espejos esta vez devolvían continuamente la misma imagen. Ya no reflejaban aquella pequeña que sonreía con gratitud al contarse los dedos de los pies y comprobar que no faltaba ninguno. Las cosas más nimias eran ahora un motivo más del que suspenderse. Después de tanto tiempo inflando globos de colores, era la primera vez que sentía ganas de volar agarrada a ellos. Y ya no sentiría más vértigo...

domingo, septiembre 12, 2010

Domingo

Nuevos y pequeños placeres de domingo...

Amanecer entre almohadas
con la sensación de que fuera hace un frío terrible
y sentir aún el calor de las sábanas en las piernas.

Desperezarse con el sol en la cara
sin poder evitar pensar en esos cinco minutitos más
que siempre faltan.

Darse una ducha de hierbas y vapor
tan caliente que llega a entumecer los dedos de los pies,
y secarse con una toalla nueva que aún conserva tacto esponjoso.

Desayunar sentada en un sofá nuevo
en esa taza que hacía tiempo no usabas.
Esta vez tiene otro sabor.

Music box: Dream a little dream, de la señorita Fitzgerald


jueves, septiembre 09, 2010

de vuelta?


La conciencia parecía haber tocado la tecla "reset" de su memoria. Por una vez se sintió fuera de sí. A la vez fuera y dentro del escenario. Con el miedo razonable que implica la autocrítica y la perfección, y la seguridad de quien ya tiene experiencia en eso de volar bajo. Hay días que la paciencia lleva tirantes. Y sus pequeños dedos juguetean con el elástico. Siempre le resultó agradable el sonido que éste realizaba contra su pecho una y otra vez. Tap, tap, tap... En cada golpe se desprende de un pensamiento positivo que flota después en el ambiente formando nubes. Hace poco ha aprendido a atraparlas. Y sabe casi tan exquisito como un vaso de leche con galletas con el pelo aún revuelto.

De vuelta de todo, de vuelta de nada...

"La punta de los dedos no crecen cuando intentamos llegar más alto..."