El Reposacabezas

miércoles, abril 26, 2006

Hay días que se escurren entre los dedos. Días vacíos, y días
llenos de ocupaciones. Supongo que a alguien se le ocurrió alguna vez inventar
los días. Al menos denominarlos así. Y muy a mi pesar, siento enormemente que
esa persona naciera. Porque gracias a él se me quedan escasas las horas. Quién
sería el "cabr..."que inventó las horas, otro que tal baila. Imagino que será
parte de la ambición del ser humano por medirlo todo. Y claro, así pasa. Luego
te dicen 8 horas de sueño diario es lo recomendable. ¡Y ojalá todos como tontos
durmieramos ocho horas! Luego llegas tarde a trabajar y le dices a tu jefe: Oye,
mira, son las 8 horas diarias que me corresponden. Y tu jefe ... ¡te da la
razón! Y lo mejor de todo, ¡no te lo descuentan!
Así llego hoy al trabajo y me dicen:
- Oye, que mañana tienes guardia
- ¿De 24 horas?
- No, turno de mañana y 17 horas extras.
Y una se queda con cara de gilipollas y piensa: 17+7=
24
- Ah, y se me olvidaba, el domingo también trabajas.
He decidido a media mañana sacar un folio y apuntar:
- Fregar los suelos, el baño y la cocina
- Planchar
- Hacer la comida para todo el día de mañana
- Ir a la bolsa de empleo cuando salga el viernes por la
mañana del trabajo
- Enviar el fax del cambio de colegiación
- Empezar la declaración de la renta
- Hacer el ingreso del curso
- Apuntarme aquí a la autoescuela...
Y más cosas que no me acuerdo. Para mi cumpleaños (el día de
la mami de este año) quiero un taco de post-it.
Se me pasan volando los días y apenas acierto a organizarme la semana. Últimamente ni tiempo para escribir me queda, pero intentaré seguir sacando huecos...
Llevo unos días reflexionando, intentando conectar ideas, y resulta increíble que puedan llegar a mezclarse tantas cosas en una cabeza. Me ando preguntando cómo solucionaré mi vida un día de estos, cual será mi lugar definitivo, cómo será mi piso, por qué la vida acaba resultando tan injusta para algunos, hasta qué punto valoro ciertas amistades que creía ciertas... Tantas ideas que se acumulan mientras pasan los segundos, evidentemente sin pedirnos permiso.
Agradezco esa mala educación del tiempo, gracias a la cual ciertas horas indeseables se me pasan volando. Pero, señor Tiempo, haga el favor de darme más horas de sueño (a ser posible)

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