Cómo hemos cambiado
La palabra cambio siempre me dio un cierto respeto. Hasta hace unos años mi vida se resumía en una monotonía conformista que no me incitaba en absoluto a salir de ella. Sin embargo, supongo que tras una espiral de sensaciones desagradables, paulatinamente fui cambiando ciertos aspectos que me desagradaban.
Ayer alguien que aprecio en extremo me decía una vez más:
- Es que no sé qué te pasa últimamente que no eres tú. Has cambiado. Tú antes no eras así.
- Claro, cuando llevaba vestidos de nidos de abeja no pensaba en vivir sola en otra ciudad, ni cambiar de vivienda...
- Siempre estás de mal humor, y contestas fatal a cualquier cosa... ¿Te pasa algo? Ya sabes que me lo puedes contar, y contar conmigo...
- No me pasa NADA. No he cambiado NADA. Sólo que veo las cosas de distinta forma, y, sinceramente hoy lo más importante de mi vida no es comprar un somier...
Me repatea que me digan esas frases e incluso que saquen ese tipo de conversaciones. Creo que a veces puede llegar a pensar que estoy posesa. Lo único que realmente me pasa es que el cansancio de siempre me afecta y me agobia el que me digan que no agradezco nada de lo que hacen por mi. Quizá sea más seria, o le de exclusivamente importancia a las cosas que considero que la tienen, pero en absoluto lo veo como un cambio negativo.
Hablando de cambios. He cambiado una lámpara. Se me nota ¿verdad?
2 Comments:
A veces lo que cambia es la forma en que nos ve la gente, no nosotros. Pero no son capaces de darse cuenta de que el cambio lo han dado ellos a la hora de mirarnos.
By Antonio, at 14 agosto, 2006 08:56
Igual esa persona a la que aprecias en extremo está preocupada por ti.
By Anónimo, at 17 agosto, 2006 19:10
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