El Reposacabezas

martes, agosto 08, 2006

Arrebato de mimos...

Si alguna vez he creido ciegamente en tus palabras fue porque me tendiste la mano de la confianza, precisamente ciega. Ciega porque empecé a quererte sin saberlo, y cuando lo supe intenté esconderte bajo las sábanas de mis interiores para negar a la razón lo que me estaba pasando. Cuando irremediablemente se dio cuenta fue cuando decidí cogerte por banda en el Carmen y arrebatarle al tiempo todos esos segundos que había estado quitando durante años inexplicablemente. Desde entonces supe que debía jugar a las cartas mi futuro contigo, y aposté por el caballo ganador. Y me siento ganadora, por todo lo que me aportas día a día, por todo lo que pretendes enseñarme, por todos esos viajes que quedan por soñar algún día de estos, por tu insomnio latente en mi cerebro y porque a fin de cuentas tengo la certeza de ser capaz de hacerte feliz aunque suene altanero. Y sé que tú harás lo mismo. No quiero hablar de caducidades ni de bodas. Sólo de hoy y como mucho de mañana.

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