Ilusiones estúpidas. Toda la vida mirando tener esto o aquello para poder disfrutarlo, y cuando llegas a la flor de la vida, todo se te vuelven espinas.

De repente un día te levantas, y eres incapaz de despegarte de las sábanas, de vivir sin un reloj, de lavarte la cara mirandote al espejo sin pensar: "esto no puede seguir así, hay que hacer algo contigo, pequeña..."

Y como de puntillas, de repente la ilusión se ha esfumado. Y prácticamente te vuelves gris, de un color bastante cetrino, que hace que poco a poco te conviertas en una marionetilla de feria a la que un jefe (normalmente bastante estúpido, todo hay que decirlo) maneja a su antojo a base de robar días de vacaciones y exprimirte más de las horas reglamentarias.

Y cual personajillo inmundo vagas de un lado a otro sin saber bien qué haces, sin fijarte en la cara ni los zapatos de la gente. Hay días que te sumerges en el inquietante mundo de la cefalea y sueñas con ibuprofenos volando alrededor de ti, diciendote bajito "tómame". Y ya cerca del país de las maravillas, ese que llega sobre las 9 de la tarde, cuando te vas a casa, solo piensas en: ¿Qué he hecho hoy? (lo cual en parte es mejor no analizar por mantener un poco los nervios con calma)

Y así estoy, hecha una ojera con patas, harta del mundo y de mí, deseando coger una cama por banda, y deshacerme de tanto agobio.

Buenos propósitos de la semana: Inicio de dieta, estrenar la nueva cámara de fotos (traeré resultados), descansar no menos de 10 horas diarias, saciarme de mimos y ante todo pensar que el mes se acaba y en 4 días estoy completamente normal!!! Ah! y concretar fechas y lugares del futuro viaje a Praga!(admito sugerencias)