El Reposacabezas

martes, noviembre 22, 2005

Hoy estoy cuentista


Anoche empecé a soñar un pequeño cuentecillo fruto de algún dolor de cabeza nocturno... Ahí va:


Érase una vez en un reino muy lejano... No, joe, martuka no empezaba así...

"Manuel, bajito pero cabezón, y consecuente con sus principios, un buen día decidió que el pan no alimenta el alma. Y la suya había dejado este mundo hacía tiempo. Ya no percibía las sensaciones de la misma forma, ni disfrutaba de los pequeños placeres de la vida que un día le hicieran el más feliz del planeta. De joven le gustaba tumbarse al sol y dejar que éste le llenara el hueco que le había dejado vivir tanto y tan intensamente. Su existencia se había ido apagando a medida que pasaban los años. Le quedaban muy pocas cosas en las que creer o hacer merecederas de su más mínimo interés.
Su amigo Andrés se empeñaba siempre en que visitara siempre los más prestigiosos médicos, para descubrir cuál era la enfermedad que hacía que Manuel lo viera todo gris. Recorrían a menudo distintas provincias visitando a letrados, aprendices y doctores y ninguno atinaba con el mal de Manuel. Insistían en mandarle medicación para levantarle el ánimo al menos, pero Manuel a diario escondía toda clase de pastillas en uno de los barrotes del cabecero de la cama. Jamás había estado enfermo si es que lo estaba, y no tenía intención de hacerlo ahora.
Era definitivamente gris. No tenía un solo pensamiento un poco mas blanquecino. Gris marengo, perla, oscuro... Pero siempre GRIS. Sólo observaba cómo día a día se iba apagando la vela de su dormitorio.
Un día estaban Andrés y Manuel sentados en un parque del pueblo como solían hacer casi a diario, menos cuando el día estaba gris, que era imposible sacar a Manuel de la cama.
Andrés le miraba de reojo, intentando adivinar qué se pasaba por esa cabecita.
Manuel sonreía tímidamente con las manos en los bolsillos. Su amigo le preguntó:
- ¿Ves la torre del campanario? Han anidado las cigüeñas otra vez. Ya sabes, por San Blas la cigüeña verás. El 3 de febrero ¿recuerdas?
Agudizando la vista hasta cerrar casi por completo los ojillos Manuel respondía:
- No, no veo nada, ni siquiera la torre.
En ese momento daban las 5 de la tarde. Repicaron las campanas. Entonces Andrés le preguntó de nuevo:
- Manolo, no me digas que tampoco oíste las campanas, son las cinco.
- Mmm, no, no oi nada.
Se hizo un silencio incómodo. Andrés estaba haciendose cruces, no podía ser que en un momento su amigo estuviese sordo y ciego. Manuel le dijo bajito:
- Cierra los ojos (Andrés hizo lo propio) ¿Qué ves?
- Nada...
- Bien, ábrelos, ¿qué ves ahora?
- El parque, a ti, la torre,... todo.
- Está bien, pues yo abro los ojos cada día y no veo nada, y los cierro y veo lo mismo. Hace tiempo que estoy ciego del alma ¿Tú crees que quiero vivir con pastillas y gafas de culo de vaso? A veces, amigo, vemos la realidad distorsionada, pero es nuestra visión, de la otra forma vería lo que quiere el resto. "
Y colorín colorado el despertador a las 7 ha sonado... (No se si salen los intros, i'm sorry)
Music box: I'm a bird now, Antony and the Johnsons