El Reposacabezas

lunes, agosto 28, 2006

Bulevares


Andaba cabizbajo, arrastrando los pies como si llevase un par de grilletes, qué pesado es andar cuando no se tiene un destino. El Bulevar de los sueños rotos había perdido gran parte de su encanto entonces. La gente ya no se lamentaba por una desgracia más o menos importante, ahora todo eran pesares e ideas de suicidio irreductibles.
Al llegar a la esquina con la Calle Melancolía, desafinó una nota de la música ambiente. Habían cambiado la acera raída por el paso del tiempo y el goteo de las cañerías, por una barra enorme, donde se servía whisky al por mayor como jarabe quitapenas.
Era lamentable conocer las causas de tanto alcohol en vena, y más aún la historia de cada uno de ellos. Hacía unos días que se encontraba no del todo bien, sin embargo, ni el alcohol ni otro tipo de drogas blandas habían conseguido evitar tanta idea absurda revuelta en su cabeza. No hay nada peor que sentirse el más desdichado del mundo. No por la autocompasión que esto pueda despertar en uno mismo, sino por el desengaño al ver que el resto del mundo también tiene historias, y probablemente más tremendas que las de uno mismo.
Qué hacer ante la duda y el desencanto... Probablemente más de lo mismo: mal de muchos, ya se sabe, consuelo de tontos...


No ha habido Klimt finalmente, se sustituyó por sesión de cine y algunas compras... Por cierto, qué rico el zumo de naranja 100% del mercadona... mmm! y las galletas con chocolatina!

10 Comments:

Publicar un comentario

<< Home